jueves, 6 de junio de 2013

Características de las personas resilientes


La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia profesional y personal. Desde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos (Instituto Español de Resiliencia).

La Resiliencia, es el convencimiento que tiene un individuo o equipo en superar los obstáculos de manera exitosa sin pensar en la derrota a pesar que los resultados estén en contra, al final surge un comportamiento ejemplar a destacar en situaciones de incertidumbre con resultados altamente positivos.(E.Machacon 2011 aspectos vividos Nov-Dic 2010)

Esa capacidad de resistencia se prueba en situaciones de fuerte y prolongado estrés, como por ejemplo el debido a la pérdida inesperada de un ser querido, al maltrato o abuso psíquico o físico, al abandono afectivo, al fracaso, a las catástrofes naturales y a las pobrezas extremas.

Podría decirse que la resiliencia es la entereza más allá de la resistencia. Es la capacidad de sobreponerse a un estímulo adverso. La resiliencia es un proceso dinámico que tiene por resultado la adaptación positiva en contextos de gran adversidad.

La resiliencia implica dos componentes: resistencia frente a las adversidades -capacidad para mantenerse entero cuando se es sometido a grandes exigencias y presiones-, y capacidad para sortear las dificultades, aprender de las derrotas y reconstituirse creativamente, transformando los aspectos negativos en nuevas oportunidades y ventajas.

El término proviene del latín resilio, es decir, volver atrás, dar un salto o rebotar, como les ocurre a las gomas elásticas cuando se estiran y regresan a su estado inicial. El concepto se comenzó a emplear en la física y fue Michael Rutter quien lo acuñó en 1972 para las ciencias sociales.

El camino que lleva a la resiliencia no es un camino fácil, sino que implica un considerable estrés y malestar emocional, a pesar del cual las personas sacan la fuerza que les permite seguir con sus vidas frente la adversidad o la tragedia. Pero, ¿cómo lo hacen?

La resiliencia no es algo que una persona tenga o no tenga, sino que implica una serie de conductas y formas de pensar que cualquier persona puede aprender y desarrollar.

Características de las personas resilientes

Las personas resilientes poseen tres características principales: saben aceptar la realidad tal y como es; tienen una profunda creencia en que la vida tiene sentido; y tienen una inquebrantable capacidad para mejorar.

Además, presentan las siguientes habilidades:

• Son capaces de identificar de manera precisa las causas de los problemas para impedir que vuelvan a repetirse en el futuro.

• Son capaces de controlar sus emociones, sobre todo ante la adversidad y pueden permanecer centrados en situaciones de crisis.

• Saben controlar sus impulsos y su conducta en situaciones de alta presión.

• Tienen un optimismo realista. Es decir, piensan que las cosas pueden ir bien, tienen una visión positiva del futuro y piensan que pueden controlar el curso de sus vidas, pero sin dejarse llevar por la irrealidad o las fantasías.

• Se consideran competentes y confían en sus propias capacidades.

• Son empáticos. Es decir, tienen una buena capacidad para leer las emociones de los demás y conectar con ellas.

• Son capaces de buscar nuevas oportunidades, retos y relaciones para lograr más éxito y satisfacción en sus vidas.

El modo de pensar de las personas resilientes

Las percepciones y los pensamientos influyen en el modo como la gente afronta el estrés y la adversidad. El estilo de pensamiento de las personas resilientes se caracteriza por ser realista, exacto y flexible. Cometen menos errores de pensamiento (como la exageración o sacar conclusiones precipitadamente, sin evidencias que las corroboren) e interpretan la realidad de un modo más exacto que las personas menos resilientes.

Los beneficios de la resiliencia

Las personas más resilientes:

• Tienen una mejor autoimagen

• Se critican menos a sí mismas

• Son más optimistas

• Afrontan los retos

• Son más sanas físicamente

• Tienen más éxito en el trabajo o estudios

• Están más satisfechas con sus relaciones

• Están menos predispuestas a la depresión

Qué contribuye a que una persona sea más resiliente

• El apoyo emocional es uno de los factores principales. Tener en tu vida personas que te quieren y te apoyan y en quien puedes confiar te hace mucho más resiliente que si estás solo.

• Permitirte sentir emociones intensas sin temerlas ni huir de ellas, y al mismo tiempo ser capaz de reconocer cuándo necesitas evitar sentir alguna emoción y centrar tu mente en alguna distracción.

• No huir de los problemas sino afrontarlos y buscar soluciones. Implica ver los problemas como retos que puedes superar y no como terribles amenazas.

• Tomarte tiempo para descansar y recuperar fuerzas, sabiendo lo que puedes exigirte y cuándo debes parar.

• Confiar tanto en ti mismo como en los demás.

Sería conveniente que lea, si todavía no lo hizo, nuestro artículo: Nueva aptitud para lograr la excelencia: "Antifragilidad".


Para más información realizar nuestro curso “Como desarrollar su inteligencia social


Me gustaría que nos deje su comentario.

4 comentarios:

  1. Magnífico artículo, me quedo con una de las carácterísticas que mencionas de las personas resilientes "la creencia en que la vida tiene sentido", si realmente creemos que la vida tiene sentido y le encontramos sentido a todas las cosas que suceden en nuestra vida, nos llevará a poder dar más fácilmente los pasos necesarios para serlo.

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  2. Juan Carlos:
    Muy claro y completo tu artículo, comparto todo, ya que en lo laboral he tenido que ser resiliente varias veces, con cinco consultoras financieras creadas desde el año 1997 a hoy.
    Como dices esta habilidad se puede aprender y desarrollar, y la clave está en pensar que la vida es un camino de aprendizaje contínuo, y que cada experiencia vivida es una enseñanza necesaria para poder estar preparado para lograr metas mas elevadas. Sds. Raúl Atán

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