miércoles, 26 de diciembre de 2012

Características de los líderes que se destacan por su capacidad de ejecución


Los líderes con capacidad de ejecución se distinguen por reunir las siguientes características:

Conocen su negocio y a su gente. El líder que se aleja de su equipo y de la realidad del día a día de la organización no es realmente un líder, es solamente un jefe. Los líderes auténticos viven la empresa. No es suficiente recibir reportes sobre la situación de la empresa y sobre el desempeño de los empleados. Reportes pueden venir manipulados, o estar equivocados por diversas razones, y nunca será un sustituto para la convivencia con los procesos y las personas.

Las empresas que fallan en la ejecución suelen tener líderes que no están en contacto con la realidad cotidiana: su percepción del negocio se basa en los datos que reciben de sus empleados directos, que reflejan opiniones personales. Sin embargo, como señala Bossidy, "un líder debe estar presente" y "supervisar personalmente las operaciones", pues los buenos empleados aprecian que el líder les dedique tiempo, les exija un buen desempeño y recompense su labor.

Son realistas. El "realismo" es el núcleo vital de la ejecución. Los líderes realistas comparan los resultados de su empresa con los de otras compañías. No basta preguntarse cuál ha sido el avance de la empresa con respecto al año anterior; es fundamental comparar el rendimiento con el de los competidores, para saber si sus resultados han sido mejores o peores, y en qué grado. De hecho, Bossidy admite que es sorprendente la cantidad de gente que esquiva las confrontaciones realistas y prefiere aferrarse a su punto de vista, aun cuando éste es equivocado.

Establecen prioridades y objetivos claros. En la estructura jerárquica tradicional, la gente recibe órdenes a través de la cadena de mando; en las organizaciones más flexibles, en cambio, la toma de decisión está descentralizada o altamente fragmentada, de modo que aumenta la competencia por los recursos y la ambigüedad sobre los "derechos de decisión". Por ende, es fundamental que las prioridades y los objetivos estén bien definidos; en caso contrario, la gente suele perder mucho tiempo y esfuerzo en discusiones estériles sobre quién debe hacerse cargo de qué.

Además de fijar objetivos claros, los líderes que se destacan en la ejecución se expresan de manera simple y directa: manifiestan su opinión y explican sus ideas de manera sencilla, a fin de que los demás los comprendan y actúen en consecuencia.

Practican un seguimiento permanente. Más allá de establecer objetivos claros y simples, los lideres eficaces designan a los responsables de llevarlos a cabo y verifican el cumplimiento de las tareas asignadas en los plazos acordados. Proyectos e iniciativas abandonadas por la mitad quitan la motivación del grupo. Aún peor, las iniciativas futuras no serán llevadas en serio. Además de escoger correctamente los proyectos que deben ser ejecutados y planeados, estos deben ser llevados adelante con seriedad y compromiso del líder. Este comportamiento se reflejará en la actitud de los empleados. Si realmente es necesario cancelar un proyecto, esto debe ser hecho formalmente, documentando las lecciones aprendidas y acciones correctivas en la planeación.

Recompensan a los que hacen. Las compañías que fracasan en la ejecución suelen equivocarse en la manera en que recompensan y promueven a la gente que lleva a cabo las tareas, y no diferencian entre los empleados sobresalientes y el resto. "Un buen líder verifica que los mejores sean recompensados, y que la diferenciación se convierta en el estilo de vida de la compañía -comenta Bossidy-. Si no, los empleados pueden creer que se trata de una especie de socialismo."

Expanden las capacidades de la gente mediante el coaching. La capacitación formal es importante, pero la orientación del líder también es un factor esencial para el crecimiento del equipo. Una de las funciones del líder es transmitir su experiencia y conocimientos a la siguiente camada de gerentes. A juicio de Charan, la manera más efectiva de enseñar consiste en observar a una persona en acción y, luego, brindarle un feedback útil y específico. Hay que señalar, por medio de ejemplos, cuál es el desempeño eficaz y cuál debería ser modificado.

Por otra parte, la práctica habitual de analizar los problemas de la empresa entre varios ayuda a que todos aprendan. En estas situaciones, las preguntas del líder juegan un papel central: los interrogantes incisivos fuerzan a la gente a pensar, incitan a buscar y a descubrir nuevas respuestas.

Se conocen a sí mismos. Es esencial que el líder tenga "fortaleza emocional". Esta característica reúne varias cualidades: honestidad consigo mismo (para percibir y corregir sus debilidades), capacidad de confrontar la realidad (para aceptar puntos de vista diferentes, incluso aquellos que preferiría no escuchar) y entereza para dar una opinión sincera bajo cualquier circunstancia, en especial a los empleados que no tienen un buen desempeño. Entiende tus fuerzas y debilidades, aprende a tener firmeza emocional y trabaja con tus dificultades. No te quedes ciego por la posición que ocupas o tomarás decisiones equivocadas. En definitiva, la clave de la fortaleza emocional es el autoconocimiento.


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